LA MONA LISA - por Sandra B
Por: Sandra B Esta obra del Renacimiento fue pintada por el artista multifacético Leonardo da Vinci entre los años 1503 y 1506. Hoy por hoy, es uno de los más importantes símbolos de la cultura occidental. Actualmente podemos apreciarla en el fascinante Museo del Louvre en París, Francia. La Mona Lisa es considerada la pintura más famosa del mundo. Pocas obras han pasado por tanto escrutinio y estudio. Algunas de las razones que la hacen tan famosa son:
El realismo extremo de Leonardo da Vinci al usar métodos matemáticos para medir las proporciones humanas
La técnica única del sfumato transmite un realismo muy avanzado para la época
La revolución que generó en las dimensiones y en las formas de retratar, considerada la base de todos los retratos occidentales,
La suma de los misterios de la pintura; desde la identidad de la modelo hasta el por qué Leonardo da Vinci nunca entregó el encargo.
La Mona Lisa es una obra que pertenece al género del retrato pictórico, género impulsado en el Renacimiento y puede considerarse una verdadera revolución, pues expresa abiertamente el interés antropocéntrico de ese período. Las características de composición del famoso cuadro, es un retrato de medio cuerpo o de tres cuartos, sobre un paisaje que se divide en dos atmósferas, una más fría (la superior) y otra más cálida con colores terrosos (la inferior). La postura de la mujer deriva de la “pirámide” usada para representar a las madonnas sentadas, es decir, que se trata de una geometrización triangular.
Sus manos cruzadas forman la base de la forma piramidal. La luz aplicada al pecho y al cuello es la misma aplicada en las manos.
El centro del cuadro es el pecho de la mujer y está alineado con el ojo izquierdo y los dedos de la mano derecha. Esto acentúa la presencia del personaje en la composición.
Su brazo izquierdo está cómodamente apoyado en el brazo del sillón y está cruzado por el brazo derecho. La posición de los brazos junto con el del sillón transmiten una distancia entre ella y el espectador.
La cabeza está cubierta por un velo que simboliza la castidad, frecuente en los retratos de esposa. También se atribuye el uso de este tipo de velo a las mujeres embarazadas o en período post-parto. No presenta joyas ni signos particulares de ostentación económica o de poder.
La postura de la Mona Lisa indica serenidad y, junto con la mirada de soslayo, pero directa hacia el espectador muestra el dominio de los sentimientos, cosa que normalmente no se atribuía a una mujer en aquel entonces.
El rostro no tiene cejas. La expresión de la mujer en el cuadro es enigmática o ambigua. Esto se debe a que la mirada, el cuerpo y las manos están dirigidas a ángulos sutilmente diferentes, sumado a la ilusión que crea la técnica del sfumato.
En el borde izquierdo de la pintura se ve la base de una columna insinuando que la mujer está sentada en una galería. El paisaje en segundo plano está pintado con una perspectiva aérea. El azul humoso y la perspectiva poco clara y difusa da a la composición una mayor profundidad. El paisaje de fondo muestra un cierto desequilibrio, ya que crea la ilusión de un paisaje que se divide en dos, sin embargo no existe una continuidad entre ambos. Pareciera que no hubiera correspondencia en términos de alturas y líneas.
El cuadro está realizado en pintura al óleo sobre madera donde Leonardo da Vinci aplicó la técnica del sfumato, que consiste en superponer varias capas de pintura delicadas para suavizar o diluir los contornos de la figura y lograr la sensación de naturalidad y volumen, lo que permite percibir que las figuras se integran al resto de la composición.
Gracias al sfumato, Leonardo consiguió perfeccionar la percepción de tridimensionalidad y utilizó la técnica para mostrar cómo la luz rebota de las superficies curvas, especialmente de la piel, dejándola lisa, suave y natural.
La explicación sobre el misterio de la sonrisa y la mirada de la Mona Lisa deriva precisamente de la técnica del sfumato y la naturaleza de la visión humana.
Ahora bien, la expresión "Mona Lisa" significa 'señora Lisa'. Mona es un diminutivo del italiano madonna, y Lisa sería el nombre de la modelo identificada por Giorgio Vasari, pintor, arquitecto y escritor del renacimiento que publicó el libro Vida de los mejores arquitectos, pintores y escultores italianos, donde dio testimonio del cuadro.
Y ¿quién fue la modelo que diera vida al cuadro de la Gioconda?. Existen varias discusiones sobre la identidad de la modelo.
La teoría más aceptada es la del historiador Vasari del siglo XVI, quien dice que la mujer representada se trataría de Lisa Gherardini - esposa de un mercader de sedas llamado Francesco del Giocondo. De hecho, el nombre alternativo La Gioconda, que significa "alegre" en español, hace referencia a su famosa sonrisa y al nombre de su esposo.
Otra tesis plantea que la mujer retratada sería una "cierta dama florentina", según palabras de Leonardo, y que la pieza habría sido encargada por Juliano de Medicis. En ese caso, podría tratarse de una dama de renombre social, pero de ser así, no se comprendería la duda sobre su identidad, ya que estaría plenamente identificada.
Pero la cuestión se complica si tomamos en cuenta que los documentos contemporáneos que describen el cuadro, pudieron referirse a versiones diferentes de La Gioconda y es justamente la existencia de tales versiones, uno de los factores que confiere a la pieza un contexto misterioso.
