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HISTORIA DEL ESTADIO OLÍMPICO UNIVERSITARIO

Por Sandra B

El estadio de CU fue sede de los Juegos Olímpicos de 1968 y de otros grandes eventos deportivos. Forma parte de la Universidad Nacional Autónoma de México y  está declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Para la construcción de este estadio, se requirió del trabajo de 10 mil obreros. Su costo fue de 28 millones de pesos. El autor de su diseño y trazo fue Augusto Pérez Palacios, quien se inspiró en los trabajos de Gavin Hadden (ingeniero estadounidense) para una mejor distribución del público en las gradas.

El proyecto y la planificación estuvo a cargo de Pérez Palacios, Raúl Salinas Moro y Jorge Bravo, quienes comenzaron a trabajar en marzo de 1950 y tan sólo cinco meses más tarde se colocaba la primera piedra. Carlos Lazo, quien dirigía el proyecto de construcción de Ciudad Universitaria declaró algo muy representativo: “en la construcción empleamos el magnífico material que teníamos a la mano, la misma tierra en donde iba a ser levantado”

El Estadio Olímpico Universitario es un emblemático espacio que en su costado oriental, tiene el mural de Diego Rivera titulado “La Universidad, la familia y el deporte en México” y curiosamente el artista tenía pensado cubrir todo el Estadio con el mural, pero su muerte en 1957 se lo impidió.

Gracias a los esfuerzos, el Estadio Olímpico Universitario fue el primer edificio terminado de Ciudad Universitaria y su inauguración se hizo el 20 de noviembre de 1952 a manos del presidente Miguel Alemán en compañía de Luis Garrido, rector de la Máxima Casa de Estudios.

La apertura se hizo con motivo de los Segundos Juegos Juveniles Nacionales, sin embargo, el primer evento emblemático fue la ocasión en que el estadio albergó el clásico de fútbol americano Pumas-Poli.

El Estadio Olímpico Universitario ha sido sede de eventos internacionales como los Juegos Panamericanos de 1955 y 1975, los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1954 y 1990, la edición 19 de los Juegos Olímpicos en 1968, cuando la atleta mexicana Enriqueta Basilio Sotelo, campeona en los 80 metros con vallas y 400 metros, se convirtió en la primera mujer en la historia en portar la antorcha olímpica para encender el fuego del pebetero y la Copa Mundial de 1986.

Su arquitecto Augusto Pérez Palacios, cumplió el propio sueño. El artífice de la obra arquitectónica, estudió en la Escuela Nacional Preparatoria de San Ildefonso y en la Academia de San Carlos, ambas pertenecientes a la UNAM. En 1933 se recibió planteando un proyecto de Ciudad Universitaria en los terrenos que pertenecían a la Hacienda de los Morales y en menos de 20 años formó parte del proyecto de construcción del campus de la UNAM a través del estadio.

El primer clásico universitario fue nueve días después de su inauguración, pues el estadio fue sede del primer clásico de futbol americano en este campus, donde los Pumas resultaron ganadores 20-19 sobre los Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional (IPN). El día de este encuentro se registró la primera gran entrada para un espectáculo deportivo estudiantil y se estima que más de 100,000 asistieron – su máxima capacidad y es que algunos hasta en el palomar estaban y otros en los bordes del recinto. El juego estaba programado para las 3 de la tarde y desde las 12 del día estaba abarrotado.

Este estadio, tiene una vista inigualable, pues desde el estadio se observan el cerro del Ajusco y los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

El mural que tiene es sólo una parte de la propuesta original pues consistía en recubrir la totalidad de los muros exteriores del recinto deportivo y que según los historiadores, la parte inconclusa sería trabajada con una técnica similar a la de los constructores de Mitla. Aunque Diego Rivera no concluyó la obra, la consideró como la más importante de su vida como obrero plástico, pues a él se sumaron obreros, albañiles y canteros que "son tan artistas como los 12 pintores y arquitectos que hemos trabajado juntos”, según menciono el artista plástico. En este mural que fue inspirado en el mestizaje, Rivera conjugó el escudo de la Universidad Nacional como interpretación plástica del mestizaje; contiene referencias a las raíces culturales prehispánicas, como las mazorcas de maíz, el nopal y la serpiente emplumada, junto a una valoración de los trabajadores anónimos y la conjunción de fuerzas sociales.

El estadio posee una piedra memorial ya que en el siglo XX, el estadio fue sede de importantes competencias deportivas como los Juegos Olímpicos en 1968 y el Mundial de Futbol México 1986, entre muchos más.




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