El vino engorda, sí, pero algunos bastante más que otros.

Por: Guillermo Villalvazo
El vino engorda, sí. Y el whisky, y el ron, y el coñac... El vino engorda porque el alcohol engorda, de hecho es, después de las grasas, el alimento que más kilocalorías tiene, 7 por gramo (las grasas, 9 por gramo).
Pero como para casi todo en esta vida, aquí también hay grados. Y sí, corren parejos a la graduación del propio vino. El arco es bien amplio, y va desde las 107 Kcal de una copa (150 ml) de vino blanco seco de baja graduación (9% contenido alcohólico, algo realmente difícil de encontrar) a las 300 Kcal de una de vino dulce de alta graduación (22%).
La obligada comparación entre cerveza y vino: A partir del hecho de que aquella tiene casi siempre menos graduación que éste, es obvio que por regla general tendrá también menos contenido calórico. Así, los 4,8 grados de una rubia tipo lager, como la Mahou, se convierten en 140 Kcal si nos tomamos un tercio, y en 70 si nos tomamos medio, menos que la copa de vino de graduación más baja. [Ahora viene el que dice: "Es que lo que engorda de la cerveza es el gas". NO, de una vez por todas: el gas no engorda más allá del rato que se entretiene subiendo y bajando por tus tripas].
EL 'PELIGRO' ESTÁ EN LOS TINTOS
De vuelta a nuestros vinos, las amantes del blanco seco, como hemos visto, son las que mejor lo tienen. Si uno de 9% de concentración alcohólica tiene 107 calorías, el de 14% se estira hasta las 173, ahí es nada. Por eso no estaría de más mirar la graduación antes de comprar.
Por otra parte, no son malas las noticias para las aficionadas al champán. No ser mala noticia significa que una copa (150 ml) de un vino espumoso con un 10% de contenido alcohólico tiene 114 Kcal. Si la cosa sube al 12,5%, nos ponemos en las 160.
El vino tinto tiene 135 Kcal para una copa de uno de baja graduación (11%) frente a las 200 Kcal de un vinazo con un 16% de contenido alcohólico.
No nos olvidamos de los rosados, aunque es fácil deducir, después de lo expuesto, que en cuestión calórica se encuentran entre Pinto y Valdemoro, moviéndose en una franja que va por regla general de las 120 a las 150 Kcal.
Moraleja: si te gusta el vino tienes dos opciones, dejar de contar las calorías y abandonarte al capricho (que un día es un día) o bien mirar la etiqueta e inclinarte por los de menos graduación. Aunque, no te voy a engañar, lo tienes difícil. En los últimos años, la graduación de los vinos ha subido mucho y es realmente complicado encontrar uno que esté por debajo del 13% de contenido alcohólico.
Complicado, pero no imposible.