Carpe Diem
Por Sandra B
El poeta romano Quinto Horacio Flaco plasmó en el primer libro de las Odas, un consejo a su amigo Lecuone “CARPE DIEM, quam minimim crédula postero” que podemos traducir como “Aprovecha el día de hoy, confía lo menos posible en el mañana”.
Hoy en día, la mayoría de las personas viven de manera acelerada y eso puede en algún momento volverse en contra de uno mismo. El estrés, la ansiedad, la depresión y otras terribles enfermedades son reflejo de esas consecuencias por no reducir la marcha.
La frase CARPE DIEM, se relaciona con el hecho de vivir el momento sin pensar en el pasado o futuro. Lo esencial es disfrutar todo lo que se vive en el ahora y nada más que eso. Su significado es “vivir el momento”, aprovechando hasta la más mínima experiencia que el presente pueda ofrecer.
La procedencia de la palabra carpe diem data desde hace muchos siglos de antigüedad. “Aprovecha cada día, no te fíes del mañana”, esa es la lección que Horacio (poeta romano) dejó para la posteridad y que nos aconseja siempre vivir el presente plenamente y atesorar cada momento. En la época donde todo está resumido y siempre queremos respuestas rápidas, esa frase se ha transformado en carpe diem, que la mayoría traduce como “aprovecha el día”; y a pesar de que muchos creen fervientemente en su mensaje, después de unos días olvidan su esencia y vuelven a la procastinación, que los hace dejar todo para mañana. Vivir el carpe diem es trabajar de forma sincronizada. Cuerpo, alma y mente deben estar en armonía para dar el máximo de cada uno y así crecer de forma constante; que cada pieza del rompecabezas entre a la perfección para crear un resultado total.
Esta acción produce un cambio en la escala de valores, ya que las cosas pequeñas son las que importan, no sabemos con exactitud qué pasará y es imposible saber cuándo ocurrirá. Por eso, los planes a largo plazo no tienen mucha relevancia, es mejor que vivamos el aquí y el ahora.
Es importante APRENDER A VIVIR EN EL PRESENTE siendo conscientes de lo que vivimos, de lo que somos y de lo que pasa a nuestro alrededor. Concéntrense en su respiración, en el flujo del cuerpo, tomemos conciencia de nuestras acciones (no solo coman, aprendan a saborear cada bocado y entiendan qué es lo que están ingiriendo).
